LAUREANO RUIZ | ENTRENADOR DE FÚTBOL
El fútbol español está de moda - somos campeones del mundo y de Europa- y esto se acrecienta con los cuatro partidos, decisivos, que jugarán el Barça y el Madrid.
Considero que los catalanes tienen la gran ventaja de que poseen un juego coordinado, alegre, vistoso y efectivo. La baza del Madrid está en la facilidad goleadora de sus atacantes. Por esta cualidad, no creo pierdan los cuatro encuentros, como pronostica la mayoría.
Respecto al juego del Barça muchas personas han manifestado públicamente que fui yo el que inició este fútbol especial. Comenzó Pancho Mora y, recientemente, lo han manifestado, entre otros, Lobo Carrasco o Johan Cruyff.
En los años setenta, tras entrenar a varios equipos juveniles y profesionales -entre ellos al Racing-, firmé por el Barça como responsable de los equipos juveniles. Este fútbol juvenil tenía sólo 20 años de vida. Cuando yo era un niño no existían equipos, por lo que jugábamos en la calle, libremente. Por supuesto, tampoco había entrenadores.
En el club catalán esperaba encontrar maestros que me ayudaran a completar mi formación. Desgraciadamente, al poco tiempo, ya estaba altamente decepcionado, desilusionado. Allí solo valoraban -como en los clubes más modestos que conocía-, a los jugadores altos, fuertes y valientes, eliminando o no fichando a los que poseían buena técnica y calidad, principalmente si eran pequeños.
Además, en los entrenamientos no aparecía el balón, dedicándose al trabajo puramente físico y, sobre todo, a la célebre 'carrera continua'. Yo empleé mi 'fútbol-fútbol', con extremos -habían desaparecido-, y los entrenos los basé en los 'rondos', 'partidos de pases', 'partidos con la cabeza', 'partidillo' con el sistema... Es decir, el balón siempre presente.
A los pocos días, durante un entreno, se me acercaron los técnicos responsables del club y me preguntaron: «¿Tus jugadores nunca corren?». Yo les contesté: «¿Qué están haciendo?» (jugaban un partidillo). Contestación: «Sí, ya, pero nos referimos a un trabajo específico para mejorar la velocidad, resistencia, fuerza...» Y terminé yo: «Si nos dedicamos a correr ¿cuándo aprenden a jugar? Aquí tienen todo lo que necesitan:
1.- Un trabajo físico y específico para el fútbol. Vosotros habéis jugado en el Barça y sabéis que cuando se juega un partido, se produce un gran desgaste físico general.
2.- Un trabajo técnico. Los chicos están en contacto con el balón y tienen la oportunidad de mejorar su equilibrio, coordinación y habilidad.
3.- También táctico. Practicando con mi ayuda, van conociendo el juego complejo, su 'lógica' y mi método: mirar, mirar y mirar. Ritmo, toques rápidos, pausas, orden, inspiración, desmarques, triangulaciones, 'doy y voy', 'doy y estoy' y, principalmente, abrir el campo a lo ancho para ejecutar 'paredes', 'dobladas' y 'pasillos' (en lo que son fundamentales los extremos-extremos)».
Sin embargo, en la temporada siguiente,al ser nombrado Coordinador General del Fútbol Base por los directivos Ariño y Borrás -auténticos sabios-, me resultó muy fácil inculcar mi estilo, en el juego y en los entrenamientos.
En el Barça tuve éxitos -perdonen la inmodestia-, que resultan inolvidables para muchas personas:
1.- Cinco títulos consecutivos de España con un juego -similar al actual de Guardiola-, espectacular, vertical y portentoso. Lo que yo llamo 'fútbol-fútbol'.
2.- La gran formación de jugadores. Fueron muchos los que llegaron al primer equipo: Calderé, Carrasco, Rojo, Pedraza, Salva, Moratalla, Estella, Serrat, Manolo, Vilá, Martínez, Fortes, Corominas, Sánchez, Mir...
3.- La formación humana de los que no llegaron. Cuando arribé, el 90% de los juveniles ni estudiaba ni trabajaba, dedicándose únicamente al fútbol. Con los directivos citados decidimos que aquello no podía continuar. Cada jugador tenía que realizar una de las dos cosas. Y nosotros controlamos las notas y el trabajo.
Sin embargo, fracasé con los futbolistas de escasa estatura. Dentro del club se me criticaba por ficharles y hacerles jugar «porque nunca podrán llegar al primer equipo». El único bajito que pasó fue Sánchez, pero lo hice yo, cuando entrené al Barça (estaba de suplente en el Atlético). Les aseguro que si en dicha época Messi, Xavi e Iniesta hubieran estado en los juveniles, tampoco les habrían pasado.
Llega Cruyff. Años después llegó Cruyff como técnico -había estado como jugador, yo lo entrené-, y empleó el balón en los entrenamientos, utilizó extremos y contó con futbolistas técnicos, de calidad, fueran altos o pequeños, fuertes o estrechos. ¿Saben que Guardiola tuvo un pie fuera del Barça -estaba de suplente-, «por débil»? Lo salvó Cruyff pasándolo al primer equipo -como a Milla, Ferrer y Sergi-, no por su condición física, sino por su talento. En resumen, Cruyff consiguió lo que a mí me fue imposible: que los técnicos del club cambiaran su criterio sobre los futbolistas y les ficharan y valoraran por su talento, no por su fortaleza y estatura.
De todas maneras, el problema de los altos y bajos en el Barça, no acaba de estar superado. Hay técnicos que valoran mucho a los altos y fuertes mientras consideran que los pequeños son flojos y enclenques. Una vez que se marchó Cruyff, los «equivocados» hicieron prevalecer sus ideas. Principalmente Xavi e Iniesta tuvieron que pasar un verdadero calvario: decían que no valían, Iniesta estuvo prácticamente traspasado al Albacete, que no podían jugar juntos, y Xavi en el ¡2008! cansado de las críticas de los técnicos -no de Guardiola-, de acuerdo con su padre y el agente, decidió aceptar una oferta mareante del Milan. La firme oposición de su madre le hizo desistir.
Pese al paso del tiempo, mi método hoy en el Barça sigue vigente. Recientemente viajé a Barcelona y aproveché para ver entrenar a los azul-granas. Todos los equipos -jóvenes y profesionales-, lo emplearon: 'Rondos', 'partidos de pases', 'torneo con tres equipos'... Lo anterior se debe a que discípulos y compañeros míos lo conservan, mantienen y mejoran (Calderé, Cándido, Fortes, Corominas, Vilá, Benaiges, Puig, Sánchez, Márquez, Xavi Torres, Rojo, Carrasco, Pereda...). Muchos de ellos periódicamente visitan la Escuela Municipal de Santander, pues consideran que aquí existe una constante evolución.
Para finalizar quiero que tengan muy claro lo siguiente: se pueden formar grandes jugadores, pero si no se les da la oportunidad, se quedarán en las tinieblas. Hay entrenadores renombrados que jamás admiten chicos del filial, mientras que Cruyff y Guardiola son todo lo contrario.Por ello, los dos son los auténticos forjadores del Barça de los últimos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario