Como todos, tengo una enorme satisfacción por el doble triunfo de España. Y digo doble porque ha quedado campeona y, a la vez, ha sido el mejor equipo -no siempre esto coincide-, ya que los jugadores han realizado un fútbol brillante, espectacular y de gran calidad, que ha convencido a todos.
Hecho este corto prefacio, voy a explicar los motivos -según mi criterio-, que ha llevado a España a su mayor éxito:
- 1. Hace muchos años aprendí que para superar a un equipo técnico, de gran calidad, había que utilizar una mayor calidad que dificilmente se poseía ó a base de velocidad, marcaje, anticipación y fuerza.
- 2. Y ante un rival físicamente muy superior por su dureza y velocidad, aparte su gran espíritu de lucha, habría que intentar superarle con habilidad, inteligencia, astucia y colocación.
- 3. También he podido comprobar que existe entre los técnicos -no todos, la mayoría- malquerencia hacia los jugadores bajos de estatura. No lo entiendo. Los futbolistas altos tienen ventajas sobre los pequeños: en los balones aéreos, en los choques, en la llegada a balones comprometidos y en una mejor aptitud para las carreras largas. Pero los bajos tienen también muchas superioridades: al tener el centro de gravedad mas cerca del suelo pueden arrancar, frenar, girar, cambiar de dirección, driblar -todo lo que realizan los futbolistas constantemente-, con mucha mayor rapidez que los altos.
- 4. Ambos tipos de jugador se complementan entre sí, como lo demuestra que los grandes equipos y selecciones han estado formados por futbolistas de diferentes tallas. La España actual es clara muestra de lo que decimos (y no olviden a dos futbolistas que se complementan a la perfección: Zigic (2'02) y Munitis (1'67).
- 5. Igualmente los que me conocen saben que llevo años luchando contra esa opinión generalizada, que valora grandemente las faltas "tácticas", "inteligentes". Increíble que se aprecie la impotencia. Además el balón sigue en poder del rival y no se puede poseer el control del partido sin el esférico. Creo que lo correcto es no hacer falta, arrebatar la pelota al rival y entregársela a un compañero, como hacen o hicieron Mauro Silva, Dunga, Touré, Mascherano, Makelele y en la selección, Senna.
LUIS LA CLAVE
Esta larga introducción se encamina hacia la selección española. Desde que la conozco casi todos los seleccionadores, han buscado jugadores altos, fuertes, luchadores y trabajadores. Opinaban así: "los contrarios son altos y muy fuertes y con su fortaleza superarían a nuestros jugadores técnicos y de escasa estatura". Esta gran mentira era recibida -aficionados, dirigentes, periodistas, técnicos y jugadores-, como una gran verdad. Por ello, se apostó por los altos y fuertes, año tras año y Mundial tras Mundial (hasta defensas mediocres han jugado de medio, zona donde más se necesita la creatividad).
Y Luís Aragonés tampoco fue la excepción colocando, -como sus antecesores-, los altos, fuertes y luchadores (“Nos ganan por su major condición física de base”, decía). Como aquello no funcionaba, llegó un momento en que lo vio claro y diáfano. Inmediatamente montó el equipo sobre la calidad, la técnica y el sentido de la improvisación durante el juego. También sobre la fortaleza de los altos y la astucia, picardía y habilidad de los pequeños. Con todo ello y el mejor portero del mundo, España ha realizado un juego magistral, magnífico, colosal. Felicidades a los dirigentes que mantuvieron a Luís, a los jugadores -a todos, suplentes o titulares- y, principalmente, a Luís y sus colaboradores.
Creo que la senda del fútbol español ya esta trazada. Sabemos el camino por el que debemos transitar: técnica, habilidad, inteligencia y calidad. ¡Ah!, y que no se cambie si llega alguna derrota, que llegará. En el fútbol nadie gana siempre. Equipos, jugadores y entrenadores a veces ganamos y otras perdemos. Aquellas palabras de Lineker: "fútbol, deporte en el que los alemanes ganan siempre", fue otra solemne tontería, corno se demostró nuevamente en la final.
Santander, julio 2008
Laureano Ruiz
